Esta es la historia de un becario que marchó al extranjero y al que, apenas dos meses después, le ofrecieron renovar su estancia por un año; renovación que aceptó con el objetivo de dar unos meses más de margen a sus colegas para ir a visitarlo. Moraleja: damas y caballeros, reserven algunos días de sus próximas vacaciones...
PD: Primera herida de guerra: una ligera mella en la paleta izquierda, fruto de la (mala) costumbre checa de beber -como decía la canción- hasta perder el control...
sábado, 27 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)